El uso profesional de las redes sociales

Resumen:
La popularidad de las redes sociales como Twitter, Facebook o YouTube ha llegado al ámbito de las bibliotecas y la documentación, cuyos profesionales, además de emplearlas como medio para contactar con sus usuarios, han encontrado también en ellas una forma de comunicarse entre sí. Estando presentes en ellas se vuelven más accesibles y estrechan sus lazos, volviéndose la comunicación más fluida, pero por otro lado plantean algunos inconvenientes y están siendo cuestionadas por aspectos como la privacidad y el control de los datos.

El uso profesional de las redes sociales



Cómo citar este artículo:
Arroyo-Vázquez, Natalia. «El uso profesional de las redes sociales«. Anuario ThinkEPI, 2009, v. 3, pp. 145-152.

7 Replies to “El uso profesional de las redes sociales”

  1. VENTAJAS E INCONVENIENTES DE LAS REDES SOCIALES

    Por Javier Guallar

    Al hilo de la interesante nota ThinkEPI de Natalia Arroyo, comento algunas cosas que he leído estos últimos días sobre redes sociales, sin duda, un tema «de moda».

    A medida que se va extendiendo el uso de los denominados sitios de redes sociales (SRS), se van planteando también con más fuerza y precisión no sólo sus posibilidades sino también algunas problemáticas que presentan.

    Los aspectos positivos de los SRS los conocemos. Arroyo enumera en esa nota varias posibilidades que nos ofrecen a los profesionales de la información. Dídac Margaix, en el próximo EPI dedicado a redes sociales, da una serie de pautas para bibliotecas para la creación de páginas en Facebook1. Margaix señala que sobretodo se trata de «estar ahí», ya que ahí están los usuarios. Hoy mismo, la directora de la biblioteca de la Facultat de Biblioteconomia i Documentació de la Universitat de Barcelona, Conxa Álvarez, anuncia aquí en Iwetel la creación de la página Facebook de su biblioteca2.

    Pero conviene también reflexionar sobre algunos puntos débiles de estos sitios. El miedo y las dudas referentes al tratamiento y la invasión de nuestra privacidad son ya un lugar común. Véase el artículo de ayer en El País de Mercè Molist3. Otras limitaciones de los SRS se han señalado estos días en el grupo de la revista EPI en Facebook4: Fernanda Peset ha planteado cómo darse de baja de estos sitios así como el problema de que la publicación de contenidos de interés en los grupos en Facebook sean invisibles a los motores de búsqueda: «estamos alimentando una nueva internet invisible»?. Sobre este aspecto también esta semana se está debatiendo en el blog de Javier Leiva, Catorze, con opiniones diversas5-.

    Por último, en el EPI de redes sociales, Juan Freire, aunque comenta también algunas ventajas de los SRS, acaba realizando un profundo análisis crítico de estos sitios. Señala los diferentes tipos de «simplificación de la realidad» que comportan, y recomienda una «combinación «a medida» de herramientas de la web 2.0″ antes que utilizar el modelo Facebook6.

    El debate sobre estos temas no ha hecho más que empezar. Y la permanencia a medio y largo plazo de estos sistemas es algo que –como dice Freire– en estos momentos no se puede prever.

    Referencias:

    1. Margaix-Arnal, Dídac. «Las bibliotecas universitarias y Facebook: cómo y por qué estar presentes». En: El profesional de la información, 2008, noviembre-diciembre, v. 17, n. 6, (en prensa).

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    2. http://listserv.rediris.es/cgi-bin/wa?A2=ind0811a&L=iwetel&D=1&T=0&O=D&P=13515

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    3. Molist, Mercè. «Cómo vivir sin riesgo en la red social». El País, 6 de noviembre de 2008. Consultado en: 07-11-2008.
      http://www.elpais.com/articulo/portada/vivir/riesgo/red/social/elpeputec/20081106elpcibpor_1/Tes

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    4. http://www.facebook.com/group.php?gid=36050316757

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    5. Leiva. Javier. «Redes sociales e internet invisible». Catorze.com, 4 de noviembre de 2008
      http://www.catorze.com/esp/redes-sociales-e-internet-invisible

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    6. Freire, Juan. «Redes sociales: ¿modelos organizativos o servicios digitales?». En: El profesional de la información, 2008, v. 17, n. 6, noviembre-diciembre (en prensa)

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  2. LOS SITIOS DE REDES SOCIALES COMO FUENTES PARA LA RECOLECCIÓN DE DATOS DE USO EMPRESARIAL EN LA BIBLIOTECA

    Por Fernando Juárez

    Creo que debemos distinguir dos vertientes en el uso de los SRS: la personal/profesional y la profesional/institucional.

    Respecto a esta última: ¿debe fomentar la biblioteca la recolección de datos para una empresa privada?

    Cuando un usuario se acerca a un mostrador para realizar un préstamo, no podemos decirle, aunque el propio interesado así nos lo solicite, si ha leído tal o cual libro; y no podemos decírselo porque hay unas leyes que protegen la privacidad de las personas; no, no está permitido hacer un seguimiento de las lecturas, gustos, preferencias de nuestros usuarios; información «sensible» que lo mismo puede emplearse para asesorar a nuestros usuarios, para venderles un producto o para controlar su tendencia política, religiosa, social…

    No voy a negar la importancia de los SRS (y menos ahora, que si no perteneces a una te encuentras fuera de juego…) pero creo que, tal y como están planteadas, no son una herramienta «limpia» para las bibliotecas.

    Cuando un usuario se acerca a la biblioteca no podemos preguntarle si quiere ser amigo nuestro: de facto todos son (deben ser) amigos. ¿Qué sucede con ese usuario que no desea hacerse amigo de la biblioteca; ¿se covierte en un usuario de segunda? Creo que actualmente disponemos de canales para «conversar» con nuestros usuarios, para ofrecerles contenidos informacionales de calidad sin necesidad de «exigirles» que se hagan amigos de su biblioteca utilizando una herramienta que, eso sí, nos advierte de que todos nuestros datos serán utilizados para poder «funcionar».

  3. ANÁLISIS DE NECESIDADES EN EL USO DE SITIOS DE REDES SOCIALES

    Por Miguel Ángel del Prado

    La diferenciación que hace Fernando Juárez entre los usos de los servicios de redes sociales en el ámbito personal/profesional y profesional/institucional me parece muy inteligente y necesaria. Y partiendo de esa diferenciación, las ventajas del uso de las redes sociales en el ámbito profesional/institucional no las veo tan claras, o al menos tan generalizables.

    Al parecer, partimos de un presupuesto: nuestras unidades de información (bibliotecas, centros de documentación…) tienen que estar en las redes sociales como Facebook por que es allí dónde se encuentran nuestros usuarios. Esta afirmación, que posiblemente sea cierta en el caso de las bibliotecas universitarias o para un segmento de usuarios muy importante de las bibliotecas públicas, ¿se puede mantener para otro tipo de instituciones?

    Antes de embarcarnos en un proyecto que nos va a consumir parte de nuestros escasos recursos, fundamentalmente en tiempo, previamente debemos saber:

    • Si nuestros usuarios utilizan las redes sociales.
    • Si el nuevo servicio está demandado y/o es necesario para “nuestros” usuarios.
    • Si la comunidad de usuarios a la que nos dirigimos está lo suficientemente madura como para aceptar y utilizar este nuevo servicio.
  4. HERRAMIENTAS SOCIALES EN LA BIBLIOTECA

    Por Oskar Calvo

    Realmente las herramientas sociales pueden usarse para hacer muchas cosas, desde poner en contacto a personas para llevar a cabo proyectos en común (Xing es un referente en este aspecto), a simplemente informar de las actividades que se están llevando a cabo, como las acciones llevadas a cabo por la Biblioteca de Muskiz, por ejemplo, «agregar» nuestro rss o nuestro blog u otra herramienta de la institución para informar de actividades, chat para hablar con usuarios, servicio de alojamiento de fotografías, archivos para que se puedan recuperar, etc.

    Efectivamente hay que ver si hay que realizar el esfuerzo de estar en las plataformas que ya existen, o construir una herramienta que le ofrezca eso a los usuarios sin la necesidad de condicionarlos a utilizar una u otra plataforma. Está claro que cada uno utilizará una herramienta u otra en función de lo que necesite, lo que requiera, lo que le ofrezca, o simplemente el tiempo que tenga.

    Por otro lado, en el documento original se me antoja que no se hace mención a las comunidades que se están construyendo en torno a mundos virtuales, en los cuales los Morpgs son el mejor ejemplo. Las comunidades que existen en torno a los canales de irc, con apoyo de entorno web. O simplemente las comunidades que existen gracias a listas de correo electrónico.

    La Web esta de moda, porque es vistosa, evoluciona rápidamente, pero lo cierto es que internet nació como una comunidad de profesionales (universidades que querían compartir información), y como tal evoluciona dando respuesta a los diferentes usuarios que la utilizan.

  5. USO DE TUENTI EN LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA

    Por Nieves González

    Por nuestra experiencia de ahora mismo en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, os puedo contar que tenemos perfiles en Facebook y en Tuenti y que cada red sirve para lo que sirve. Y creo que eso es algo que no debe olvidarse. Es un error generalizar sobre las redes sociales, porque cada una tiene su público y sus reglas de juego. Y tampoco debemos olvidar que estamos saliendo de nuestros espacios controlados para salir al mundo virtual donde lógicamente no controlamos casi nada, convivimos con el mundo lo mismo que cuando abrimos bibliopiscinas o montamos un servicio de referencia en la cafetería.

    El papel de la biblioteca es estar al tanto de las oportunidades que surgen en cualquier sitio, y tambien en las redes sociales (y conocer los riesgos a los que nos exponemos, Fernando), con el fin de que la biblioteca cumpla sus fines.

    Por ejemplo, en Facebook tenemos 106 amigos y puedo asegurar que la mayoría son profesionales, aunque el número de los miembros de nuestra comunidad universitaria tambien está aumentando. Esto condiciona el tipo de información que ponemos y el uso que hacemos de esta red.

    Sin embargo, en Tuenti, nuestros amigos pertenecen a nuestra comunidad, sobre todo al alumnado. Según datos de abril de 2008, había más de 34.000 perfiles de estudiantes de la Universidad de Sevilla, lo que puede suponer más de la mitad de los alumnos matriculados.

    Y, ¿qué utilidad le sacamos?

    Pues en estos momentos estamos anunciando la encuesta de satisfacción de usuarios de la biblioteca, con un lenguaje más directo e informal que el de la página web de la biblioteca y enviando invitaciones de amistad a los alumnos para que entren en la página y rellenen la encuesta.

    En cuatro días el perfil ha recibido 1.000 visitas y tenemos ya más de 400 amigos. Y por supuesto, el número de encuestas se ha disparado, aunque no quiere esto decir que solo se lo debamos a las redes sociales, al menos no sólo a Tuenti.

  6. LOS SITIOS DE REDES SOCIALES PARA LA BIBLIOTECA: UNA HERRAMIENTA DE ACERCAMIENTO A LOS USUARIOS A SU DISPOSICIÓN

    Por Natalia Arroyo

    Aunque el tema de la nota objeto de debate era, como se señala en el primer párrafo, más bien el uso de las redes sociales para el intercambio profesional (estupenda la ampliación de Javier Guallar en este sentido), mientras que algunas de las respuestas están enfocadas al uso centrado en el usuario, no por ello dejan de ser interesantes e igualmente enriquecedoras.

    Sin duda alguna, existen multitud de comunidades más en nuestro ámbito profesional, pero he preferido ceñirme a las redes sociales (entendidas en la forma en que han sido definidas en la nota), por tratarse de un tema novedoso en nuestra profesión y sobre el que he trabajado más.

    Desde mi punto de vista, la cuestión no es si la biblioteca debe fomentar la recolección de información por parte de empresas privadas, sino más bien si puede y quiere (creo que se trata de una elección, de una posibilidad) aprovechar esa herramienta para acercarse a los usuarios que están allí. Los usuarios de las redes sociales aceptan libremente (otra cosa es su grado de consciencia) ceder parte de los derechos sobre sus contenidos y de su privacidad: si no quieres que nadie se entere de tu vida personal, no lo cuentes.

    En su papel alfabetizador, la biblioteca lo que puede y debe hacer es advertir e informar sobre los peligros que pueden entrañar los SRS. Una solución es, como señala Oskar Calvo, crear redes sociales en la web de la biblioteca, como MyOwnCafe, la iniciativa del Southeastern Massachusetts Library System.

    En todo caso, pienso que se trata de tomar una decisión propia una vez valorado si nos merece la pena ceder parte de control, como señala Nieves González, a favor de una mayor y más cercana comunicación con parte de nuestros usuarios.

    Por otro lado, el empleo de los SRS parece ser más común entre los más jóvenes, por lo tanto es más probable que la mayor parte de los contactos de la biblioteca en ellos sean jóvenes. Pero eso no significa que quienes no las utilicen sean usuarios de segunda: si creamos un club de lectura de cómics en nuestra biblioteca, probablemente los asistentes también serán jóvenes y adolescentes, pero eso no quiere decir que el resto de nuestros usuarios no nos interese, sino simplemente que no podemos ofrecer los mismos servicios a todos, puesto que sus intereses no son los mismos y debemos adaptarnos a ellos.

    Sin duda alguna, y como señala Miguel Ángel del Prado, tenemos que estudiar la situación antes de emplear nuestros esfuerzos en cualquier dirección.

    Un saludo y ánimo, que queda mucho por decir y muchas experiencias que contar sobre este tema.

  7. RENDIMIENTO EN LAS REDES SOCIALES

    Por Oskar Calvo

    Aunque ni las redes sociales (ni las redes sociales de profesionales) son nuevas, sí es verdad que han sido impulsadas de forma muy importante por las empresas privadas que buscan tener más y más usuarios para conseguir más y más inversores.

    Yo creo que ahora lo que toca es hacer un poco de minería o estudios estadísticos para ver el uso real de las mismas. Su rendimiento, y cómo estas redes sociales (profesionales o no) devuelven algo provechoso.

    Ya que una cosa es tener muchos usuarios apuntados a un grupo, a una red, etc., y otra muy diferente que de ello se desprenda algo.

    Un ejemplo: de los diferentes grupos de Xing en los que estoy apuntado, la mayoría de ellos están muy parados, por no decir muertos. Lo mismo podría decir de algunos grupos de Facebook.

    Es algo a analizar: por una parte el hecho de que haya muchos usuarios, lo cual es bueno para Facebook y similares, porque pueden vender estos datos. Y, por otro lado, cómo justifica una entidad que no vive de la publicidad (como puede ser una biblioteca), tener x usuarios.

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