Herramientas para la evaluación de la ciencia en universidades y centros I+D: descripción y usos

Resumen:
Los indicadores han devenido esenciales para las universidades españolas. Algunas de las convocatorias con una importante financiación (Campus de excelencia internacional, Centros de excelencia Severo Ochoa, etc.) descansan en buena medida sobre indicadores de I+D. Se repasan algunas de las herramientas con las que cuentan las universidades para generar indicadores, al margen de los tradicionales índices de citas. 1) Sistemas de información científica; 2) suites bibliométricas de las compañías comerciales; y 3) rankings de universidades. Se comenta cómo emplear estas herramientas y la necesidad de contar con documentalistas que las gestionen.

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Cómo citar este artículo:
Torres-Salinas, Daniel; Cabezas-Clavijo, Álvaro. «Herramientas para la evaluación de la ciencia en universidades y centros I+D: descripción y usos«. Anuario ThinkEPI, 2012, v. 6, pp. 142-146.

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  1. ALGUNOS ASPECTOS A TENER EN CUENTA

    Muy interesante la propuesta presentada. Es evidente que nos encontramos ante una importante mina de empleo para nuestros titulados recientes. Es deseable que se creen cuanto antes esas unidades de bibliometría en todas y cada una de las universidades españolas, y que se doten adecuadamente con profesionales plenamente preparados.

    Sin embargo es necesario considerar algunos aspectos posiblemente no tenidos en cuenta por los autores:

    – La asignatura de bibliometría no es obligatoria en muchos planes de estudio. De hecho en varias universidades no sólo es una optativa, sino que a veces es una apestada (tanto por parte de profesores como de alumnos).

    – La creación de esos servicios debe llevar consigo la reducción sustancial del número de licencias WoS y Scopus, ya que no será necesario que todos y cada uno de los docentes e investigadores españoles tenga acceso a esas escandalosamente caras bases de datos. Es significativo que los autores hayan ignorado las alternativas gratuitas Scholar Citations y MS Academic.

    – Dichas unidades deben afrontar los problemas de las licencias WoS y Scopus. Algunos de los servicios citados suponen una explotación no autorizada de las licencias nacionales y posiblemente deben afrontar un coste adicional.

    – Los servicios bibliométricos universitarios deben coordinarse con otras labores relevantes ya en marcha, tales como los repositorios universitarios, olvidados en la presente nota.

    – El uso de los rankings requiere cierto nivel de profesionalidad, incluyendo la correcta identificación y constatación de la autoridad que los elabora. Es necesario indicar que los autores de los rankings Shanghai y Taiwán son virtualmente desconocidos en la comunidad bibliométrica internacional, ni participan en sus congresos ni han publicado artículos en revistas científicas del sector. Por otro lado el llamado “Ranking del Times” no existe, pues The Times es una publicación independiente y ajena al Times Higher Education, que sí edita un penoso ranking mundial. Un ranking con resultados bibliométricos risibles (la Universidad de Alejandría en Egipto aparece al nivel de Harvard) y actitudes poco éticas (no indican que universidades no evalúan). Todo esto es lo contrario de lo que sucede con dos Rankings (Scimago y Leiden), cuyos autores son habituales y reconocidos entre los colegas bibliómetras.

  2. LAS UNIDADES DE BIBLIOMETRÍA

    En efecto, las unidades de bibliometría pueden ser un interesante nicho de empleo para las personas que consigan especializarse en la materia. Ahondaremos en ello próximamente.

    Te respondemos brevemente a algunas de las cuestiones que planteas:

    1) Efectivamente la enseñanza de la bibliometría en las universidades difiere mucho de unos lugares a otros. En cualquier caso consideramos la bibliometría como algo más amplio que Lotka, Price o Bradford, muchas veces lo único que se imparte en algunas carreras universitarias. De hecho nunca nos hemos visto obligados a utilizar estos conocimientos en nuestra vida profesional de bibliómetras. Actualmente, muchos de los que nos dedicamos a la “bibliometría profesional” estamos empleados en puestos más cercanos a la gestión de la investigación donde se nos pide a) control de la fuentes b) procesamiento masivo de la información c) bases de datos / programación básica d) control de convocatorias/criterios de evaluación/política científica. En este sentido, si no amplia, hay que recordar que existe suficiente formación tanto de máster como de doctorado para profundizar en estas cuestiones como el posgrado de Información y Comunicación Científica de la Universidad de Granada o el Máster Universitario en Investigación en Documentación de la Universidad Carlos III.

    2) Efectivamente, si se crearan estas unidades deberían tal vez conllevar la reducción de licencias, o al menos deberían llevarse al replanteamiento de cómo se están utilizando. Las licencias WoS y Scopus ya se solapan entre sí, incluso iríamos más lejos, nos debería llevar a replantearnos en las bibliotecas universitarias la eliminación de bases de datos temáticas dado su infrautilización, no sólo bibliométrica, sino a efectos de búsqueda de información por parte de los investigadores. En cuanto a Scholar citation y MS Academic creemos que no son todavía fuentes lo suficientemente desarrolladas como para emplearlas sistemáticamente en evaluación, sin embargo, son herramientas en franco ascenso y cada vez más útiles. Es por ello que esta misma semana publicaremos una nueva nota ThinkEPI ahondando en ellas y en las denominadas métricas alternativas o alt-metrics.

    3) Efectivamente deberíamos coordinarnos con otros servicios. Aunque no en lugar destacado, sí hemos reseñado que los SIC o CRIS deben trabajar y de hecho algunos ya trabajan con otros servicios. Uno de ellos son precisamente los repositorios académicos, como DRAC o el nuevo SICA2, que incorporará un módulo llamado Repositan. Aunque no estuvimos presentes en las jornadas CRIS que se referencian en el texto, sabemos se trató en extenso el tema.

    Efectivamente la interacción con otros servicios es un aspecto que debe considerado en esa “unidad de bibliometría”, aunque hay que señalar que no siempre es fácil hacer converger servicios. Además, en última instancia, y de cara a la evaluación, el repositorio es un servicio de valor añadido, pero no imprescindible.

    4) En cuanto a los rankings que hemos señalado, efectivamente algunos de ellos son dudosos desde el punto de vista científico. Nosotros los hemos reseñado sin ánimo de exhaustividad, muchos de ellos son de esos que preocupan a nuestros gestores pero que científicamente y como fuente de información veraz pueden ser muy puestos en duda. No queríamos hacer un repaso por tanto completo de todos los rankings, sino más bien reseñar que muchos de ellos son herramientas que bien explotadas pueden ser de utilidad. Que los hayamos puesto de ejemplo no significa que se adapten a las características que hemos hecho notar y con las que deben.

    Efectivamente el ranking The Times está mal reseñado, corregimos.

    Como siempre Isidro, gracias por tu aportación y por apoyarnos en esta nueva cruzada profesional.

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